Rafael Vilches Proenza

* 1965

  • “Es ahí, dónde me empiezo a moverme ya dentro de la disidencia y la oposición a la dictadura cubana. Con una visibilidad mayor, en la que sí fui detenido muchas veces, golpeado, amenazado de muerte, y sobre todo por los ´Boinas Negras´ [Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), un escuadrón de choque], golpeado, permanecerme en alguna celda por horas o en algún lugar, dónde me estaban interrogando, amenazando. Donde alguna vez me prometieron que, si no iba a La Habana a hacer un programa contra el estado para pedir la liberación del escritor Ángel Santiesteban [opositor al régimen comunista y expreso político, escritor reconocido], me daban una casa en Santa Clara, de lo cual me negué. Y por supuesto, fui como Rafael Alcide [Rafael Alcide Pérez, productor, director y escritor de radio] a pedir la libertad del Ángel Santiesteban, que aparte de ser mi hermano, mi amigo, es uno de los grandes escritores cubanos, además que pasó una cárcel injusta”.

  • “Empiezo a convivir con los escritores de Las Tunas, y con los escritores de Bayamo, y escuchar los pensamientos de S. Fórmenta [disidente cubano], de escuchar el pensamiento de Guillermo Vidal [disidente cubano, considerado un renovador de la narrativa cubana de los 80 del siglo XX] que lo habían botado de la universidad por pensar como pensaba. Empiezas a moverte con escritores de tu generación, empiezas a escuchar otros discursos, pero ya has pasado por la universidad, aunque no te has graduado, también pasaste el ejército y empiezas a escuchar conversaciones en el ejército de gente que tienen grados militares que piensas como tú, pero que tienen que vivir de algo, y esos salarios, o las cosas, de que puede ser que les facilita el Gobierno por ocupar cargos. Te vas moviendo, te vas moviendo y empiezas a unir todas estas fichas como un rompecabezas. Te mudas a Holguín y empiezas a interactuar con un escritor como Luis Felipe Rojas [periodista cubano hoy en día radicado en Miami; escritor de ficción y poesía], como Michael Hernández Miranda [escritor cubano que actualmente vive en EE.UU. en Miami]”.

  • “El Gobierno Nacional, o el Ministerio de Cultura, coge y patrocina de alguna manera a los dos o tres jóvenes más talentosos de cada región, de cada provincia. Va armando personalidades, a estos son los a los que promueven, los que ganan los concursos, son los que publican, son los que se les hacen entrevistas, son los que brillan. No sé si ellos son conscientes de que esto está pasando, o esto se hace a espalda de ellos. Hay muchos nombres que pudiera mencionar, pero no lo voy a hacer. No voy a ponerme a atacar al gremio al que alguna vez pertenecí y, es que muchos me consideran de su lado. Ósea los escritores cubanos, no voy a atacar a ninguno ni a los artistas. Para mí esto tienen sus valías, han ganado su lugar y cada cual es responsable de la actitud que toma ante la sociedad, ante lo que está pasando, ante el régimen comunista, ante lo que está haciendo la dictadura cubana con el pueblo y con los artistas, los artistas que nos declaramos artistas independientes, artistas libres, activistas o cómo quieran llamarles. Pudiera mencionar a muchísimo movimiento de artistas independiente que, son o disidentes o que son opositores, porque están viendo la realidad de Cuba”.

  • “En una edad cuando el niño necesita más que nunca a sus padres, porque está cambiando de su manera de pensar, su manera de ser. Me internaron en una beca, que el primer año fue un año hilarante, porque todos éramos inocentes. Pero en octavo, en noveno grado fue el caos. Cerraron como cuatro escuelas en la provincia de Las Tunas, que fue dónde estudié. Jesús Menendéz, La Bomba y La Resbalosa [municipios de la provincia de Las Tunas] y, todos esos muchachos fueron a parar a mi escuela, porque tenía la capacidad porque había sido anteriormente una unidad militar. Tenía muchos albergues. Y aquellos muchachos eran bandoleros, aquello fue como estar en una cárcel. Una cárcel para menores, un campo de concentración para menores. De hecho, así lo vi y así lo reflejé en mi primera novela ´Ángeles desamparados´. Fue una tristeza tan enorme que, yo llegaba a mi casa cuando me tocaba el pase y yo lloraba, porque mi madre me sacaba de aquella secundaria, pero no había lugar dónde meterme y tuve que ahí pasar aquellos tres años de prisión, no se puede llamar de otra manera”.

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    Cuba, 27.12.2021

    (audio)
    duration: 01:41:59
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Quiero vivir como poeta, en Cuba libre y, no estar secuestrado en la puerta de mi casa

Vilches Proenza Rafael, 2021
Vilches Proenza Rafael, 2021
photo: Post Bellum

Rafael Vilches Proenza es escritor, poeta y opositor al régimen comunista de Cuba. Nació en 1965 en finca de su abuelo en la provincia de Granma, República de Cuba, no obstante, el Gobierno de Fidel Castro obligó a su familia y a todo el poblado de la Sierra Maestra a mudarse, para evitar un potencial alzamiento campesino. Durante su secundaria Rafael atendió al seminternado, donde vivió una experiencia de separación violenta de los adolescentes de sus padres, que describió en su primera novela los “Ángeles desamparados”, publicada en 2001 en Miami. Cuando Rafael tenía 20 años, fue enviado a la provincia de Guantánamo al servicio militar obligatorio. Al regresarse del ejército comenzó sus estudios de la Educación Artística, es también egresado del “Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso”. Finales de los noventa empezó a asistir a varios talleres literarios y, se incorporó a las instituciones oficialistas de literatura. Con el tiempo se acercó a los escritores, intelectuales y artistas independientes, por lo cual fue expulsado de las instituciones del Gobierno cubano. Por su crítica hacia el régimen comunista es objeto de constantes amenazas, persecución, secuestros o vigilancia. Rafael tienes tres hijos de sangre y uno de su pareja actual, sin embargo, no le está permitido laborar y su familia afronta a una situación económica difícil. Tienen una cuantiosa suma de libros publicados en el extranjero, en 2020 ganó el “Premio de Narrativa Reinaldo Arenas” con su libro “Sálvame si puedes”. Rafael sueña con vivir en Cuba libre, como un poeta, no como un terrorista.