Eugenia Gutiérrez Ganzarain

* 1967

  • "Sí, ahí estamos hablando de combinar dos pasiones mías, que es el running, que lo he comentado anteriormente, y el activismo y hace bueno me inscribo en el maratón de Madrid, lo corrí el 27 de abril. Decido hacer una campaña, la campaña “No los abandonemos”, dirigida a los presos políticos y a sus familiares. Conecto dos pasiones, como he dicho, correr maratones, con Cuba. Lanzo esa campaña con el objetivo de obtener fondos dirigidos a los presos y a sus familiares y fue muy emotivo sentir que estaba haciendo algo por ellos, como hija de ex preso político también la carrera en sí fue algo muy emotivo. Siempre lo es porque un maratón te lleva a extremos tanto físicos como mentales, pero aquí tenía una motivación añadida. Y así lo acabé y creo que ha sido una buena campaña - para mí, desde luego, y también creo que voy a poder dar una cierta ayuda. Estamos ya destinando los fondos a las familias y a los presos."

  • “Fue mi contacto con el primer contacto que tuve con el país, en el 2016. Eso me abrió mucho a la mente en conocer a mi país, que no fueran unos recuerdos, sino que fuera una experiencia real. Eso fue 2016. En 2017, me enrolo en un proyecto de vida que me ha llevado muchos años y que sigo desarrollando, que es correr maratones. Entonces visualizo el entrar en los maratones con las dos banderas, la cubana y la española. Eso fue en el 2017. 2020 mi padre fallece, nuestro padre fallece y, por lo tanto, me siento que algo tengo que hacer. Es como vuelvo otra vez a reconectar con Cuba y que mi padre, que fue activista, que fue el presidente de un partido en el exilio - del Partido Demócrata Cristiano, el presidente del Centro Cubano, y con toda esa ese baje preso político, sentí que no se podía quedar el legado de mi padre, con su fallecimiento y que alguien tenía que recoger ese testigo. Eso fue 2020. En 2021, las protestas del 11 de julio de 2021, momento de esperanza, un momento de ver que el pueblo está reaccionando, que el pueblo está vivo. Que tiene algo que decir, manifestaciones pacíficas por todo el país de una manera espontánea. Fue maravilloso, después vino la represión, pero volví otra vez, dije, ya conozco Cuba, ya habían pasado, estamos hablando de cinco años, ese cambio maravilloso, eso es lo que yo había pensado, ese cambio tengo que conocerlo porque va a haber un cambio rápido y quiero conocer el antes y el después. 2021, sigo. De ahí surgen muchos exilios forzados que viven en España y se empieza a movilizar mucha gente. Conozco nuevos movimientos, el Movimiento San Isidro, Archipiélago, por nombrar algunos. Y voy a muchos de los eventos que se organizan en Madrid porque recordemos que Madrid, España, es el segundo país que tiene más emigrados cubanos, más inmigrantes cubanos. Entonces me voy acercando a la comunidad, a la nueva comunidad cubana. Yo tengo el conocimiento de las generaciones de mis padres, pero conozco, o sea, me voy introduciendo poco a poco, pero no es introducirme, es conocer. Yo tenía mucha curiosidad de saber qué decían, qué les pasaba, porque estamos hablando del mundo cultural, un mundo totalmente diferente, no era únicamente político y mucha gente por necesidad económica, eso estamos hablando del 2021. En los siguientes años, el 2023, ya empiezo a formar parte de del partido del que mi padre, el partido Demócrata Cristiano, del que mi padre había sido presidente y de otras organizaciones y yo creo que está ahí. O sea, realmente es a partir de ese momento decido que debo ser más activa. En el último año. Tengo que decir que al estar en contacto con presos políticos, con históricos presos políticos, conocer su testimonio de manera directa. También me ha afianzado que esto es importante, luchar por los presos políticos, por su libertad, porque es la condición básica para poder seguir hablando de una transición pacífica en Cuba. Es la condición que estamos exigiendo al gobierno cubano para ver su voluntad de cambio. Entonces ha sido una evolución progresiva, que siempre ya había una semilla, un germen que ha ido creciendo poco a poco, y donde ahora pues me encuentro, que es que es mi objetivo de vida, el propósito de mi vida.”

  • “Bueno, me lo está comentando, sí, yo traje un puñado de nuestra casa de tierra que mi madre nos pidió, y que lo tenemos, tenemos un puñadito aquí en casa y otro en su casa. Eso es bonito y no sé si algo más, la verdad. También cogí, pues, un puñado de tierra, pero de tierra ya cuando estaba por Baracoa, de tierra a tierra, de tierra de la isla. Y eso también, y un trocito que me regaló el guía, del Malecón, de cuando hubo un huracán y se rompió, unas piedras del malecón y eso se lo di a mi madre, lo tiene ella en su casa. Esos son símbolos, es una simbología, es como para estar conectado, o sea, cuando lo ves lo tocas, estás conectado, porque nosotros no vamos a volver a Cuba hasta que ya haya un cambio. Y bueno, volvemos a sentir esa separación, que es muy dura, o sea, no poder estar viajando y entrando. Bueno, eso está pasando a muchísima gente también que tiene a un familiar. Nosotros tenemos la suerte de que no, no tenemos, familiares en Cuba, pero hay mucha gente que sigue, está con familias rotas y muy preocupados por lo que está pasando en la isla, porque la realidad es que sus familiares están allí y por tanto la conexión, la dedicación y la preocupación es diaria.”

  • “El presente. Después de 66 años del régimen castrista, el deterioro del país después de 66 años, es evidente. Cuba vive una crisis social, política, económica, institucional, que no tiene precedentes. El cubano de a pie está en la lucha diaria de la supervivencia. No tienen alimentos. No tienen qué llevarse a la boca. Muchos de ellos no pueden realizar las tres comidas diarias. Tienen cortes, no hay electricidad, apagones constantes, apagones de entre diez y veinte horas diarias. Eso es imposible. Aquí vivimos un apagón hace poco en España y casi nos volvemos locos porque no estamos acostumbrados. Imagínate que eso se repite durante tu vida constante, tu vida cotidiana. Eso ha llevado a que, al no tener una vida digna, tener tantos problemas en el día a día y tener poca esperanza, y confianza en el futuro ha llevado a la crisis migratoria de los últimos años. Eso en el plano social. En el plano político, cualquier persona que se manifieste, que diga que quiere una vida mejor, que simplemente reclame tener una vida digna, una vida normal, la que puede, la que podemos disfrutar cualquier persona en cualquier país del mundo, eso lleva a mayor represión. Tenemos mil y pico presos políticos, y eso es así. El régimen, su manera de reaccionar frente a eso, en vez de conectar con la ciudadanía, es mayor represión, mayor violencia. Pero también creo que hemos llegado a un punto de que cuando un país no tiene nada, nada que perder, el cambio es inevitable. Y el cambio ya se está produciendo. Lo hemos visto empezó ya en el 2021 con las manifestaciones pacíficas del 11 de julio y hemos visto que desde ese momento se han ido produciendo porque el deterioro ha sido increíble - con el tema del COVID, por ejemplo, que no hemos comentado eso, que también fue previo al 2021, con los sistemas de salud, servicios que el Estado tiene que garantizar, como es la salud y la educación, vemos que cada vez está más restringidos y cada vez están más deteriorados, más restringidos a un grupo muy determinado de personas. Entonces, volviendo un poco a ello, el cambio es inevitable porque no hay nada que perder. Y la transición ya se está produciendo. Empezó en el 2021, pero nos encontramos que ha habido manifestaciones desde ese momento, espontáneas por todo el país que se han ido produciendo. Por lo tanto, no se cortó en el 2021, ha habido más represión, por supuesto, y ahora estamos viviendo un momento histórico porque ese testigo lo han cogido los propios estudiantes universitarios. Y esto es muy interesante porque ese es el bastión del régimen: podemos decir que los estudiantes son esa élite, esa élite que podría sustituir a la élite actual, pero ellos han reaccionado frente a una situación, que es el derecho a la información, el derecho a la comunicación tras el último tarifazo de la única empresa de telecomunicaciones que ha sido anunciado el 30 de mayo por ETECSA. Ellos se han reaccionado de una manera muy solidaria y muy cívica y eso me da muchísima esperanza. Por supuesto, no va a ser un proceso automático, pero el cambio ya está en Cuba y es inevitable y ya no hay paso atrás. El Gobierno sabe que han tocado fondo, que ellos ya no lo pueden solucionar y solamente falta que acepten que ya que ya no saben cómo hacerlo y… nada más. Esto es lo que me gustaría decir. Por lo tanto, el cambio ya está, es inevitable y solamente falta que se produzca la transición.”

  • “Sí, bueno, estamos hablando de una transición, por cierto, pacífica, hacia la democracia y de Estado de Derecho. Esa es mi visión. La visión primero es la transición, pero después es un Estado de Derecho, lo que es la institución, la consolidación de un Estado de Derecho en Cuba, elecciones democráticas, donde cada ciudadano cubano pueda elegir quién quiere que le represente, donde cada ciudadano pueda ejercer sus derechos y libertades, donde cada ciudadano pueda desarrollar sus capacidades de tal manera que pueda tener una vida digna, lo que queremos todos, lo que todos defendemos en cualquier parte del mundo. Donde los derechos humanos y las libertades estén protegidos. Esa es mi visión de futuro y donde haya una reconciliación también entre las antiguas generaciones y las nuevas generaciones. Creo que es importantísimo para que haya una democracia en Cuba, para que el país viva en paz, exista esa reconciliación entre los cubanos de dentro y de fuera, entre los cubanos de distintas generaciones, por supuesto, las personas que no han cometido ningún crimen de guerra, o sea, que no hayan vulnerado y que realmente no hayan ejercido violencia sobre otras personas.”

  • Full recordings
  • 1

    Madrid, 29.09.2025

    (audio)
    duration: 39:59
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Es diferente irte de un país por voluntad propia que verte forzado a tener que exiliarte, porque la conexión con ese país va a estar siempre en tu vida.

Eugenia Gutiérrez Ganzarain, 2025
Eugenia Gutiérrez Ganzarain, 2025
photo: Post Bellum

Eugenia Gutiérrez, hija de Josefina Ganzarain y de Vicente Gutiérrez, ex preso político cubano, nació en La Habana en 1967. Es la tercera de cinco hermanos y la última nacida en Cuba. Con tan solo 14 meses emigró a España junto a su madre y hermanas para reencontrarse por primera vez con su padre, quien se vio forzado al exilio en 1966 (antes de su nacimiento) por razones políticas. Aunque salió de la isla siendo apenas un bebé, Eugenia ha mantenido siempre un profundo sentimiento patrio, compartido por toda su familia. La conexión con Cuba ha sido una constante en su vida a través del entorno del exilio, las amistades cubanas y, sobre todo, el amor a la isla transmitido por sus padres. Periodista y activista, tras la muerte de su padre en 2020, decidió involucrarse más activamente en la causa cubana y en la defensa de los derechos humanos. Eugenia cree firmemente que el cambio en Cuba es inevitable. Defiende que los cubanos merecen tener una vida digna y en libertad en su propio país, sin tener que exiliarse, como ha ocurrido a tantas generaciones durante 66 años de régimen castrista. Su testimonio fue grabado dentro del marco del subproyecto Memoria de Nuestros Vecinos Cubanos.