The following text is not a historical study. It is a retelling of the witness’s life story based on the memories recorded in the interview. The story was processed by external collaborators of the Memory of Nations. In some cases, the short biography draws on documents made available by the Security Forces Archives, State District Archives, National Archives, or other institutions. These are used merely to complement the witness’s testimony. The referenced pages of such files are saved in the Documents section.

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Julio Llopiz-Casal (* 1984)

Es alto el costo de ser coherente con lo que uno piensa y quiere decir en un país como Cuba, porque la, la policía política opera de una manera muy macabra

  • • Infancia y Juventud en Cuba: Julio Llopis-Casal, nació el 17 de febrero de 1984 en La Habana y crecí también en La Habana, viví la mayor parte de mi vida allí.El entrevistado describe una infancia funcional y una juventud feliz a pesar de las dificultades económicas del Período Especial. Destaca un entorno familiar e intelectualmente estimulante que le permitió desarrollar una conciencia crítica sobre la realidad del país desde joven. • Inicios en el Activismo y el Decreto 349: Su vida como artista visual lo conectó con una comunidad crítica que se movilizó activamente contra el Decreto 349 en 2018, una ley que consideraban un intento de censurar la expresión artística. Este fue un punto de inflexión que lo posicionó como un objetivo de la Seguridad del Estado. • Represión y Acoso de la Seguridad del Estado: Detalla cómo la represión estatal se intensificó a medida que su activismo crecía, especialmente tras su involucramiento con el Movimiento San Isidro y el 27N. La vigilancia no solo lo afectó a él, sino que se extendió a su familia, utilizando a sus seres queridos como un método de presión psicológica. • El Costo Personal y la Decisión de Emigrar: Explica que el acoso constante, las campañas de difamación en medios oficiales y las amenazas directas a su familia crearon una presión psicológica insostenible. La decisión de abandonar Cuba fue motivada por el agotamiento y el deseo de proteger a sus seres queridos del daño colateral de su activismo. • La entrevista revela el complejo y doloroso proceso de un ciudadano cubano que transita de una vida personal y profesional normal a una de activismo político bajo un régimen totalitario. La conclusión principal es que la represión sistemática del Estado cubano no solo busca silenciar las voces disidentes a través de la intimidación directa, sino que también utiliza el acoso psicológico y la presión sobre el círculo familiar como una herramienta para quebrar la voluntad de los individuos. El exilio no fue una elección libre, sino la consecuencia inevitable de defender la libertad de expresión y la dignidad en un entorno opresivo. • Una cita particularmente reveladora sobre la naturaleza de la represión en Cuba es: “No tiene tanto que ver con lo que piensas como con la manera en que pones en práctica lo que piensas. Ya si la Seguridad del Estado identifica que te estás reuniendo con personas, tienes feedback con personas que son disidentes, activistas, periodistas independientes, automáticamente pasas a ser monitoreado por la Seguridad del Estado.”

Transcripción Entrevista Julio LLopiz-Casal

[ENTREVISTADOR]: Fecha y lugar de nacimiento y tu nombre.

[ENTREVISTADO]: Soy Julio Llopis-Casal, nací el 17 de febrero de 1984 en La Habana y crecí también en La Habana, viví la mayor parte de mi vida allí.

[ENTREVISTADOR]: ¿Cómo recuerdas tu infancia y tu juventud en Cuba?

[ENTREVISTADO]: Yo tuve una infancia y una juventud, lo que se dice, eh, feliz. En primer lugar, nací en una familia funcional, eh, mi madre, mi padre, mi hermano, mi abuela vivía con nosotros, eh, no éramos gente rica, pero mis padres eran profesores en la universidad, mi padre tenía un coche y tal. Luego, cuando yo tenía 7 años, mi madre y mi padre se separaron y eso hizo que, a partir de ese momento, durante varios años, pasé de manera casi ininterrumpida, eh, los días de entre semana en Santos Suárez, que es una barriada no céntrica, y los fines de semana en en Centro Habana, que era donde vivía mi padre con mi abuela materna. Luego, en el Período Especial, eh, los años de, estos años famosos por la crisis económica en Cuba. Luego, eh, con en tiempos del Período Especial, eh, tuve que vivir, eh, grandes penurias, nada grave, pero como como muchísimos cubanos. Y luego, eh, de joven, eh, la la situación económica en mi casa mejoró un poco, eh, así que no, no tenía grandes problemas, podía sobrevivir, no me faltaba lo elemental y, eh, tuve, eh, siempre fui un joven muy inquieto, eh, sobre todo intelectualmente y, como seguía viviendo con mi madre, mi madre es, eh, uno de mis grandes tesoros, era, eh, una persona con la que podía conversar abiertamente sobre sobre mis ideas y, de hecho, eh, intercambiábamos mucho, desde lecturas hasta ideas, eh, sobre la situación en Cuba y tal. Por tanto, desde que soy bien joven fui feliz, pero, eh, estaba bien claro de que vivía en una dictadura.

[ENTREVISTADOR]: ¿Cómo describirías tu vida cotidiana antes de los eventos que te llevaron a emigrar?

[ENTREVISTADO]: Yo, eh, yo yo siempre he sido una persona muy inquieta intelectualmente. Eh, pronto decidí que quería ser artista, artista visual y me dedicaba, el grueso de mi tiempo, a formarme en ese sentido, a tener, eh, a tener una vida divertida, como quieren tener muchos jóvenes en cualquier lugar del mundo, pero alternar eso con, eh, lecturas, visionajes de cine, de documentales y el el hecho de de trabajar, eh, de trabajar una obra, de darle cuerpo. Afortunadamente, en en los años en que en que comencé mi mi carrera artística tenía un entorno muy favorable. Tenía un grupo de de amigos que sobreviven hasta el día de hoy, que teníamos intereses similares. Eh, tuvimos sueños, hicimos, eh, hicimos grandes proyectos, tanto, eh, tanto proyectos con la legitimidad institucional, digamos, hasta, eh, proyectos que ocurrían, eh, ocurrían un poco en en lo que se llama el underground, proyectos, exposiciones, animé una revista con un amigo, eh, coordiné muchas exposiciones con Sazafone, que eran exposiciones que sucedían en un pequeño apartamento en el Vedado y todo, eh, todo eso, eh, soy también bien consciente que contribuyó a a la a la a la formación y a que fraguara, eh, una una idea política de de mi cotidianidad y de y de un mundo, eh, bien sólida, aunque, eh, por mucho tiempo no no estuve no estuve dispuesto a cruzar una línea que se cruza en Cuba. No tiene tanto que ver con lo que piensas como con la manera en que pones en práctica lo que piensas. Ya si si si la Seguridad del Estado identifica que, eh, te estás reuniendo con personas, tienes feedback con personas que son disidentes, activistas, periodistas independientes, automáticamente, eh, pasas a ser, eh, monitoreado por la Seguridad del Estado y vienen interrogatorios, acoso y, eh, y represión. Eh, antes de que antes de que llegara ese momento, yo no estaba dispuesto a hacerlo, pero, eh, alrededor del año 2018, eh, las circunstancias empezaron a cambiar, tanto desde mi punto de vista personal como desde el punto de vista del entorno, la comunidad, eh, mi generación, como como se le dice en en ocasiones, eh, asumió cierto compromiso y eso, por supuesto, hizo que yo que yo cambiara en ese sentido.

[ENTREVISTADOR]: ¿Qué circunstancias marcaron la decisión de abandonar Cuba?

[ENTREVISTADO]: Bueno, eh, decía que en 2018 fue un año crucial porque pasaron pasaron muchas cosas en Cuba. Las dos más trascendentales fue que, una, que Raúl Castro le traspasó el el poder en funciones a Miguel Díaz-Canel, el actual dictador del régimen cubano y, además, eh, por primera vez, eh, de manera masiva los cubanos pudieron tener acceso a internet a partir de la tecnología de datos móviles, o sea, por primera vez en Cuba, eh, eh las personas iban por la calle, tenían señal de de internet. Eso cambió muchas cosas, eh, en todo el país. Coincidió con la emisión del del decreto 349, que era, eh, es un decreto que, eh, intenta anticiparse a la a la censura y a la represión de la expresión, eh, artística con distintos, eh, dispositivos que que están muy poco definidos y le dan la cobertura completa al al sistema para, eh, para monitorear, controlar y reprimir la creación artística. Siempre, eh, siempre en Cuba ha sido así desde 1959, pero por primera vez había una ley patente que, eh, anunciaba que se podían tener graves consecuencias por, eh, por eh expresar con demasiada fuerza lo que se creía desde, eh, el contexto de la producción artística y cultural. Yo me me, eh, me sumé a a ciertas, eh, ciertas, eh, labores, estrategias de protesta que se dieron en torno a esto y a partir de ahí pasaron muchas cosas, hubo, eh, monitoreo por parte de la Seguridad del Estado, eh, algunas amenazas, pero logramos protestar ante las autoridades gubernamentales. Esos son los años en que también, eh, Luis Manuel Otero Alcántara, junto a Maury Pacheco, Michel Matos y otros, eh, activistas y personas del mundo cultural formaron, eh, fundaron el Movimiento San Isidro. Desde ese momento, paulatinamente, eh, comenzó a a consolidarse mejor, a organizarse mejor la sociedad civil, ya más allá del, eh, contexto de los artistas. Se reunían y tenían feedback y se organizaban para protestar por la maltrecha, eh, situación política y cultural de Cuba, tanto artistas de distintos gremios, pintores con cineastas y gente de teatro, pero también se expandió el círculo e incluyó a miembros de la sociedad civil, ya fuesen periodistas, eh, activistas o personas vinculadas al mundo de la política. Eso llegó a un clímax en el año 2020 que, para más señas, coincidiendo con la pandemia de COVID-19, eh, hizo que se se consolidara una generación que protestaba. Eso dio, ese tipo de protestas dieron lugar al acuartelamiento en San Isidro en noviembre de, eh, de 2020 y, eh, luego del acuartelamiento en San Isidro, 27N, que fue la gran protesta masiva ante el Ministerio de Cultura. Durante esos años, 2018, 2019 y 2020, yo diría que de forma paulatina, yo me yo me fui, eh, radicalizando y, por tanto, eh, comencé a ser un objetivo de la Seguridad del Estado y, eh, sufrí las consecuencias por ello.

[ENTREVISTADOR]: La represión de la Seguridad del Estado es básicamente…

[ENTREVISTADO]: Sí, exacto, es la es la la consecuencia de la emigración. Yo, eh, digamos que resistí, eh, resistí hasta donde hasta donde pude. Yo, eh, estuve, eh, estuve dispuesto, eh, incluso a a ir a la cárcel, no le tenía tanto miedo a eso, aunque sí, obviamente, se lo tenía, pero el tema es que la la represión de la Seguridad del Estado es sofisticada, tan sofisticada que pronto, eh, te trasciende a ti como persona y empieza a perjudicar de manera directa a a gente de tu círculo. Eh, por ejemplo, las hijas de mi de mi esposa empezaron a ser motivo de, eh, de amenaza en los interrogatorios que ella tenía también con con la Seguridad del Estado. Además, pasé por varios procesos. Una vez, eh, fui golpeado directamente por una situación que orquestó la Seguridad del Estado y que me tuvo toda una noche en prisión para, eh, intentar amedrentarme y mandarme una señal de que estaba haciendo cosas que me podían perjudicar mucho. Lo único que yo estaba haciendo era intentar, eh, organizarme y intentar cambiar el orden de cosas en mi país con personas de de mi generación, pero eso se paga caro en Cuba y me llevó, eh, definitivamente a tomar la decisión de de no querer vivir más en la isla.

[ENTREVISTADOR]: ¿Cómo afectó el régimen totalitario cubano a tu vida personal, familiar o profesional?

[ENTREVISTADO]: Bueno, en, a partir del del del momento en que lo que lo que comentaba de, eh, no es, no es tanto protestar y expresarse políticamente, cómo con quién, eh, te vinculas. A partir de las protestas en 2018, eh, en torno al decreto, eh, 349, eh, se se fortaleció, por ejemplo, eh, más mi relación y empecé a tener más vínculo precisamente porque estábamos, eh, organizándonos como comunidad artística a nivel macro, eh, alguien como Luis Manuel Otero Alcántara. Eh, eso tuvo un, eh, un impacto directo en en mi vida profesional, en el sentido de que, eh, ya comenzaron a suceder, eh, exhibiciones o eventos artísticos en los que, eh, yo sabía que no me, no me iban a incluir porque también tantos años de represión han han hecho que las personas, eh, tengan cierta persuasión sobre sí mismos y las personas que gestionan la vida cultural en Cuba, ya sea de manera independiente o de manera gubernamental, no son la excepción. Hay un hay hay un punto bien complejo que es cuando en el año 2020, año en que yo me radicalizo más, también coincide con que, eh, comencé una relación sentimental con Luz Escobar, que es periodista independiente. Eso también fue una vuelta de tuerca muy especial. Al poco tiempo de estar, eh, yo en mi relación con Luz Escobar, eh, la Seguridad del Estado fue a ver a la a la abuela de sus hijas y le le dijeron que la madre de sus nietas, eh, tenía una relación con una persona que era traficante de drogas. Eso, eh, esa fue la primera señal de cómo, eh, de de de cómo me querían, eh, trabajar desde los órganos de monitoreo de la Seguridad del Estado. Mandaron, eh, mandaron varias señales de ese tipo de peligro en en ese sentido hasta que, eh, poco a poco comenzó a haber una una una presión directa sobre mí. El 27 de noviembre de de 2020, luego de esos sucesos, comenzó una campaña de asesinato de reputación desde los los medios oficiales que, eh, afectó a todo el grupo de las personas que estaban que eran parte del 27N, pero a a mí me afectó de manera particular, a tal punto de que mi madre, que era una persona que nunca en la vida había se había manifestado de manera estrepitosa en torno a lo que pasaba en Cuba políticamente, eh, decidió sumarse a eso con, eh, eh, eh desde la óptica de la madre que estaba, eh, intentando defender de defender a su hijo que estaba siendo víctima de una campaña orquestada de asesinato de la reputación, pero eso la ha hecho a ella hasta el día de hoy también evolucionar y ser encasillada por la Seguridad del Estado y, en mi caso, eh, bueno, lo que lo que sucedió fue que, eh, resistí hasta un punto en que comencé a entender que se podían perjudicar a otras personas por mi culpa y, además, eh, comencé a a sentir tanta la presión psicológica sobre mí que sentí que se me podía, eh, ir de las manos, que yo me podía quebrar psicológicamente y esa es una de las razones por las que reflexioné y terminé tomando la decisión de irme a vivir fuera de Cuba.

[ENTREVISTADOR]: Estoy pensando que nosotros demoramos cantidad en dar el el giro y estos chamacos están haciendo ese giro con 20 años. ¿Sabes? Es una diferencia, ahora pensando, me puse a qué da la pregunta de, ¿qué si pudieras enviar un mensaje a las generaciones futuras sobre tus vivencias y tus experiencias, qué les dirías?

[ENTREVISTADO]: Bueno, eh, es alto el costo de, eh, ser coherente con lo que uno piensa y quiere decir en un país como Cuba, porque la, eh, la policía política opera de una manera, eh, muy macabra y eso tiene, eh, graves consecuencias para las personas que terminan siendo objetivo de la Seguridad del Estado. Pero a la misma vez, aunque Cuba es un país en el que paulatinamente también la pérdida de valores ha ha hecho que muchos cubanos pierdan un valor elemental que es la que es la dignidad, pero, eh, yo desde mi experiencia personal, eh, agradezco mucho haber saltado por encima de mis temores y, eh, ejercer mi derecho a decir lo que yo pienso y a aportar por un cambio en Cuba. Yo, eh, incito a los jóvenes a que intenten pasar por encima de ese miedo, porque independientemente de las graves consecuencias que hay por hacerlo, es muy reconfortante y muy satisfactorio priorizar la dignidad por encima de todas las cosas y eso, eh, creo que ya está pasando en la en la Cuba de hoy. Cada vez despiertan más gentes y cada vez despiertan más temprano.

[ENTREVISTADOR]: Y se dan cuenta, ¿no?

[ENTREVISTADO]: Exacto.

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