The following text is not a historical study. It is a retelling of the witness’s life story based on the memories recorded in the interview. The story was processed by external collaborators of the Memory of Nations. In some cases, the short biography draws on documents made available by the Security Forces Archives, State District Archives, National Archives, or other institutions. These are used merely to complement the witness’s testimony. The referenced pages of such files are saved in the Documents section.

If you have objections or additions to the text, please contact the chief editor of the Memory of Nations. (michal.smid@ustrcr.cz)

Ramón Zamora Rodríguez (* 1972)

El opositor que no espere una golpiza y detención está equivocado

  • nació el 24 de marzo de 1972 en Holguín

  • se graduó en Traumatología en la Universidad de Holguín en 2010

  • trabajó en varios hospitales de la provincia, en los cuales fue testigo del deterioro absoluto del sistema de salud cubano

  • después de su incorporación en las filas de oposición le despidieron del hospital

  • en 2011 fue nombrado como vice delegado del Partido de Cuba Independiente y Democrática del Holguín. Posteriormente se convirtió en uno de los directivos de la Frente Nacional de Resistencia Cívica

  • sufrió actos de repudio, un sinnúmero de arrestos y fue golpeado y herido por los policías y agentes de la Seguridad del Estado en varias ocasiones

Českojazyčná verze textu následuje po španělské verzi:

“Era diferente, no teníamos celulares y conectarse a la red era muy difícil. Las ideas de la oposición se pasaban de persona a persona,” recuerda Ramón Zamora Rodríguez, nacido el 24 de marzo de 1972 sus primeros contactos con los grupos que criticaban el régimen cubano.

Natural de Holguín, sigue viviendo en la capital de la provincia que lleva el mismo nombre y está situada en la parte oriental de la isla. Tiene tres hijos, de los cuales dos nacieron del matrimonio con su esposa actual. Mientras que su padre, quien era tanatólogo[1] en el Hospital Pediátrico de Holguín, ya falleció, la madre todavía vive y siempre ama de casa. Ramón tiene un hermano mayor y una hermana menor e iba tanto a la escuela primaria como a la secundaria en la misma ciudad de Holguín. De ahí que a diferencia de muchos de los niños que crecieron en el mismo período de los años 80 y del inicio de los años 90, Ramón no tuvo que vivir el trauma de las escuelas del campo, donde el trabajo forzado en la agricultura era parte integral de la educación al socialismo. Además, sufría de asma y esta condición le impedía que se fuera a estudiar al campo.

Las peculiaridades holguineras dentro de las tendencias generales en Cuba

El adoctrinamiento de los alumnos en la ciudad se ejercía a través de procesos y estrategias diferentes. Se utilizaba por ejemplo la lectura y actividades de ocio. “Existían eventos culturales en las escuelas. Esta era una de las formas del régimen de lavarles los cerebros a los alumnos. La mayoría de ellos acudía al Palacio de Pioneros, donde había amplios círculos de interés. Una de las cosas que más énfasis se le daba era la lectura,” explica. La vida en Holguín no era fácil y la mayoría de la población local vivía en malas condiciones en los barrios marginales. “Se estaba viendo la diferencia de las clases sociales. Los que vivían en el centro, en los edificios, se consideraban con un nivel de vida superior. El resto de los barrios marginales, todos vivíamos una crisis compleja. Mis padres tenían que luchar y era muy difícil asegurar incluso una vestimenta más sencilla,” recuerda. La provincia de Holguín es el centro de la extracción de níquel en la isla, lo que en algunas épocas contribuyó al cierto desarrollo, sin embargo, a lo largo de varias décadas es también la principal causa de la contaminación ambiental enorme que sufre la población. La ciudad de Moa[2] es uno de los ejemplos más emblemáticos de estas tendencias. “El esposo de una tía mía trabajaba mismo en la mina de níquel. La vida que se vivía en Moa era bastante solvente,” dice. Al mismo tiempo que muchos habitantes de la provincia se mudaban a Moa, iba creciendo también la población de los barrios marginales de la ciudad de Holguín, lo que causó una explosión de viviendas construidas en su gran mayoría de pedazos de zinc y madera que con las cuales más tarde el Gobierno decidió acabar. “A la gente se le sacaba de las casas por la fuerza y pasaban los buldócer para desbaratar estas viviendas,” cuenta Ramón.

El principio de los años 90 llegó a ser una de las etapas más difíciles de la historia de Cuba. Una vez derrumbada la Unión Soviética, acabó la ayuda económica que se destinaba a Cuba y esto tuvo como efecto una abrupta caída del nivel de vida. “El Período Especial[3] lo pasé pésimo. La situación para alimentar a los niños era tan compleja. Lo único que se encontraba era por los cuentapropistas. Muchos de los productos eran contaminados, a la leche le echaban cal y en la pizza ponían en vez de queso los preservativos,” recuerda. En aquel entonces, Ramón ya era casado y estudiaba enfermería. Se hizo técnico de ortopedia y también empezaba a interesarse por las actividades de la oposición al Gobierno castrista. “Entonces no era tan expandido, las personas tenían este corte fidelista y toleraban las dificultades. Decir lo contrario sería subestimar los valores que para muchas personas tenía este dictador. Es una realidad objetiva. La gente desconocía las palabras como libertad y emancipación,” explica el por qué a pesar de la enorme opresión y escasez de todo durante el Período Especial no se produjo un levantamiento que fuera capaz de derrumbar al Gobierno. “Era diferente, no teníamos celulares y conectarse a la red era muy difícil. Las ideas de la oposición se pasaban de persona a persona,” explica.

Del médico disgustado al opositor

En 2010 logró graduarse en Traumatología en la Universidad de Holguín. Eso a pesar de que, como sostiene, la mayoría de las plazas para los estudiantes de las carreras universitarias prestigiosas como médicos e ingenieros son reservadas a los simpatizantes del régimen. “Cuando haces el juramento, es salvaguardar las vidas de las personas. Sin embrago, aquí se le añade en sus capítulos finales lo de ‚servir a la revolución‘,“ dice y resalta que pese a lo politizado que es la carrera de Medicina, el nivel de los médicos cubanos no es malo en comparación con otros países poco desarrollados. No obstante, no se puede comparar con los niveles de los países avanzados. „No se cuenta con la debida preparación como en los países del primer mundo, también no se cuenta con la tecnología. El personal se prepara con instrumentos obsoletos y técnicas arcaicas. Entonces comparado con el profesionalismo de algunos países se podía entender como algo mediocre,” explica. En lo que se refiere a las gloriosas misiones de los médicos cubanos en el extranjero, sostiene que entre los participantes hay quienes salen a trabajar para la misma Seguridad del Estado. “Gozan de confianza y sirven incluso para estar velando y valorando el trabajo y la fiabilidad del resto de sus compañeros,” dice y añade que hay también un grupo significativo que pretende utilizar la misión como un medio para emigrar del país y los demás simplemente están buscando un salario mejor, a pesar de que el 70% del dinero tienen que entregarlo al Estado.

Ramón trabajó en varios hospitales en la provincia de Holguín. “Siempre faltaba material para atender a las personas. No había bisturí, no había torunda, esparadrapo… Si había bisturí, tenías que flamearlo, porque ya estaba usado. Eran cosas que iban en detrimento del paciente y te hacían a dejar de creer en lo que quizás al principio creías,” cuenta y continúa con un sinnúmero de anécdotas horrorosas de los hospitales, mencionando que a algunos pacientes se les levantaba la presión tanto al ver las condiciones en los hospitales que había que cancelar sus operaciones. “Todo eso hasta que uno entiende que no importa para el sistema el ser humano.” Por encima de todo eso, trabajando en el hospital, Ramón no ganaba ni siquiera lo suficiente como para poder comprar un almuerzo. “Trabajabas ocho horas sin tomarse ni un refresco. Parece mentira, pero es la realidad de lo que se vive en estas instituciones.” Al mismo tiempo, justo desde el año 2010, cuando se graduó, Ramón estaba intentando solucionar otro gran problema que era la vivienda para su familia. Ya tenía dos hijos, de los cuales el más pequeño tenía tan solo cuatro meses y las condiciones en los cuales vivían le obligaron a buscar la ayuda del Estado. La familia estaba en el peligro de tener su casa derrumbada por las autoridades. Sin embargo, no había manera de conseguir cualquier tipo de asistencia. “Ver la negativa tan grande… que no les importaba el destino de mis hijos ni el destino mío laboral es lo que hizo que estaba empezando a despertar.” Disgustado por las condiciones laborales en los hospitales y por el comportamiento del Estado, decidió incorporarse en las filas de la oposición cubana.

“Muchos de los representantes de la oposición se quedaban en mi casa para ver si íbamos a ser extraídos. Pues ellos iban a estar allí, pendientes, incluso para sacrificarse por personas que no conocían. Eso en el principio para mí no fue creíble. Eran preparados para recibir golpes y todo lo que les podría pasar y no sabían si al final yo no iba a ser más un servidor de la dictadura. La entrega que hicieron entonces me hizo reflexionar muchísimo,” cuenta. Ya en diciembre de 2011, Ramón fue nombrado como vice delegado del Partido de Cuba Independiente y Democrática[4] del Holguín. Así, se hizo más visible su incorporación en la oposición y con eso vinieron también el abuso y hostigamiento por parte de las autoridades. “Tenían toda la información sobre lo que estaba programando, las acciones en la calle clandestinas… una vez tuve que ir a La Habana y allí es cuando me arrestan por primera vez,” explica cómo a través de sus iniciativas se iba volviendo una persona cada vez más marcada para la Seguridad del Estado.

Los conflictos con las autoridades

Cuando un día tuvo lugar en su casa una reunión de los opositores de toda la provincia, las autoridades armaron un acto de repudio y el otro día recibió la baja del hospital. “Eso fue muy difícil por la cuestión de amor que le tengo a la profesión. Sentí que me dolió, pero me adapté a la idea y entendí que era lo mejor que me pudiera haber pasado, tenía todo el tiempo disponible,” dice y resalta que pronto después se convirtió en uno de los directivos de la Frente Nacional de Resistencia Cívica[5], una agrupación de organizaciones opositoras dirigida por Jorge Luis García Pérez ‘Antúnez’[6]. Después de que la vocera de la agrupación se fue al exilio, Ramón tomó su cargo. Las detenciones se hacían cada vez más frecuentes. “A mitades de 2013 empezó el período que duró cerca de un año y en el cual llegué a tener incluso hasta seis arrestos en un mes. Siempre me he plantado en huelga de hambre. Prácticamente en todos los arrestos sufrí golpizas y ofensas sucias con esto de desnudar a personas etc. Cuando empecé a circular por las provincias, casi cada vez que llegué a un lugar me arrestaron,” cuenta y recuerda que cuando a él y a sus compañeros la policía les deportaba de las demás provincias a Holguín, los oficiales pedían a los chóferes de los autobuses que les dejaran lejos de la ciudad para que tuvieran que caminar o buscar otro medio de transporte para regresar. Ramón llegó a ser atacado incluso frente a sus hijos. “El segundo jefe de la Seguridad del Estado local incluso ha venido a mi casa: Me ha caído a golpes aquí. Me ha sacado a fuerza hasta introducirme a un auto. Esto ha pasado en reiteradas ocasiones. Tengo los puntos, me han fracturado la cabeza,“ denuncia. Todo este hostigamiento afectó a sus hijos que se manifestaban también en contra del régimen. “Sentían el miedo, pero lo enfrentaban. Para mí fue un ejemplo grandísimo cuando se oponían a los actos del repudio. Uno se comprometía aún más con esta lucha,“ dice y admite que la presión era tanta que los niños tenían que buscar ayuda sicológica.

En lo que se refiere al levantamiento popular que tuvo lugar en 11 de julio de 2021, Ramón resalta la importancia que tuvo y dice que hasta lloró de emoción. Al enterarse de las manifestaciones convocó una marcha en Holguín. Se produjeron varios enfrentamientos entre los manifestantes y las personas convocadas por el Gobierno. “Me alcanzaron algunas pedradas y me golpearon,” cuenta como terminó con varias heridas incluida una fractura de las costillas. Más adelante le arrestaron a él y a su hijo de veinte años. Evaluando todas las tendencias recientes de la población de oponerse al régimen, Ramón cree que el cambio en Cuba puede estar cerca. “Con este despertar que se ha creado por medio de la oposición y por las redes sociales se ve que el régimen está fracturado,” concluye.

 

[1] Aquel profesional especializado, cuya función es dar acompañamiento y seguimiento durante y después del proceso de pérdida que vive una persona.

[2] En el municipio se encuentran los principales yacimientos de minerales lateríticos con altos contenidos de hierro, níquel, cobalto y otros. Sus dos fábricas de níquel son la principal riqueza económica con un importante aporte al PIB de Cuba siendo uno de los primeros productores del mundo. En la ciudad hay una gran candidad de edificios construídos al estico de la Europa del Este, hoy en día cubiertos por un polvo de color rojo, resultado de la contaminación.

[3] El fin de la Unión Soviética en 1991 resultó devastador para Cuba. La Habana perdió a su principal socio comercial que la abastecía con el 98% de todo el petróleo. Terminaron también importaciones de alimentos, maquinaria e inversiones de todo tipo. El presidente Fidel Castro anunció a su país en 1990 que pasarían por un “Período Especial en Época de Paz”. Tomarían acciones económicas de racionamientos como las que se hacen en casos de guerra para “salvar la Revolución en Cuba y salvar el socialismo”. Para los habitantes de la isla, esa época es sinónimo de hambre, sufrimiento y austeridad.

[4] En Octubre de 1980 se fundó el CID en Venezuela con el apoyo del gobierno de ese país y de sus dos grandes partidos políticos: Acción Democrática y Copei. Cuba Independiente y Democrática (CID) se ha constituido para luchar por el establecimiento en nuestra patria de una sociedad consagrada a la libertad y la dignidad humana, totalmente democrática y soberana, socialmente equilibrada y justa. Inspirados en el patriótico ejemplo de los forjadores de nuestra nacionalidad, defendemos el derecho inalienable de Cuba a conquistar para siempre su soberanía e independencia. (fuente: cubacid.com/nuestropartido)

[5] Una plataforma que reúne los esfuerzos de las múltiples organizaciones opositoras que dentro de la isla promueven la resistencia contra la dictadura y la lucha por las libertades.

[6] Uno de los opositores más respetados de Cuba, fue encarcelado por el régimen castrista durante 17 años.

 

Česká verze:

„Tehdy to bylo jiné. Neměli jsme mobilní telefony a přístup k internetu byl značně omezený. Myšlenky a názory se šířily výhradně ze člověka na člověka,“ vzpomíná Ramón Zamora Rodríguez, narozený 24. března 1972 na své první kontakty se skupinami lidí, kteří se odvážili kritizovat kubánský režim.

Celý život strávil v Holguínu, který je hlavním městem stejnojmenné provincie ležící na východě Kuby. Má celkem tři děti, z nichž dvě mu porodila jeho současná manželka. Zatímco jeho otec, který pracoval v nemocnici jako tanatolog[1], už zemřel, jeho matka, která byla vždy ženou v domácnosti, ještě žije. Ramón má jednoho staršího bratra a mladší sestru. Oba stupně základní školy absolvoval přímo v Holguínu. Na rozdíl od mnoha jiných kubánských dětí se mu tedy vyhnula traumatická zkušenost s nucenými pracemi v zemědělství, které byly nedílnou součástí tehdejší výchovy k socialismu. Kromě toho v mládí trpěl astmatem, což mu také znemožňovalo odchod na internátní školu na venkově. 

Zvláštnosti provincie Holguín v rámci širšího kontextu života na Kubě

Indoktrinace dětí školního věku se v městském prostředí prováděla pomocí procesů a strategií, které se lišily od venkova. Mladí Kubánci z měst se měli učit zápalu pro socialismus například prostřednictvím četby a dalších volnočasových aktivit. “Ve škole jsme se účastnili různých kulturních aktivit. Během nich se nám vymývaly mozky. Většina z nás chodila do Pionýra, kde jsme se mohli přihlásit do množství zájmových kroužků. Veliký důraz se kladl právě na četbu,” vysvětluje. Život v Holguínu nebyl zrovna snadný a většina obyvatel města žila ve velmi špatném prostředí chudinských čtvrtí. “Rozdíly ve společenském postavení byly více než patrné. Lidé, kteří bydleli v novějších budovách v centru, byli vnímáni jako zámožnější. My z chudinských čtvrtí jsme ale žili v nekončící krizi. Moji rodiče se museli opravdu hodně snažit, aby nám mohli zajistit alespoň základní oblečení,” vzpomíná. Holguínská provincie je zároveň centrem těžby niklu. To jí během některých období zajistilo krátkou a relativní prosperitu, ovšem doly zároveň způsobovaly vysokou úroveň znečištění životního prostředí, se kterým se místní lidé potýkají dodnes. Obě tendence se projevovaly především ve městě Moa[2]. “V jednom z těch dolů pracoval i manžel jedné mé tety. Vypadalo to, že lidé si tam žili lépe, než na jiných místech,” říká. Z toho důvodu se mnoho obyvatel provincie sestěhovávalo právě tam. Zároveň se ale rozšiřovaly i chudinské čtvrti v Holguínu, což mělo za následek vztyčování stále většího počtu domků postavených hlavně z vlnitého plechu a ze dřeva. Tyto stavby se později vláda rozhodla zbořit. “Obyvatelé těchto oblastí museli pod nátlakem opouštět své domovy, aby tam potom mohl přijet buldozer a celé to srovnat se zemí,” vypráví Ramón.  

Začátek devadesátých let se stal pro Kubánce jedním z vůbec nejtěžších období v dějinách ostrovní země. Po zhroucení Sovětského svazu a ukončení hospodářské podpory Kuby udeřila na obyvatele nebývale silná hospodářská krize, která přinesla brutální zhoršení životní úrovně. „Speciální období[3] byla otřesná doba. Sehnat jídlo pro děti byl často takřka nesplnitelný úkol. Mnoho produktů bylo navíc zdravotně závadných. Do mléka se přidávalo vápno a na pizzu se místo sýra dávaly prezervativy,“ popisuje těžko uvěřitelné momenty. Ramón byl tehdy už ženatý a studoval na zdravotnické škole. Začal pracovat jako technik na ortopedii a také se pomalu začínal zajímat o dění v kubánském opozičním hnutí. „Tehdy nebylo tak rozšířené vystupovat proti vládě. Pro lidi byl Fidel stále velká postava dějin a mnozí byli ochotní se spokojit se špatnou situací. Kdybych o té době tvrdil cokoliv jiného, nebyla by to pravda. Tak to prostě bylo a skoro nikdo nevěděl, co slova jako svoboda nebo emancipace vůbec znamenají,“ vysvětluje, proč ani otřesné životní podmínky během Speciálního období nedokázaly silněji otřást kubánským režimem. „Tehdy to bylo jiné. Neměli jsme mobilní telefony a přístup k internetu byl značně omezený. Myšlenky a názory se šířily výhradně ze člověka na člověka,“ vysvětluje.    

Ze znechuceného doktora opozitorem

V roce 2010 se mu podařilo dokončit studium traumatologie na Holguínské univerzitě, a to přestože většina vypsaných míst pro studium prestižních oborů, jako lékařství nebo technických disciplín, byla rezervována pro osoby, které se nepouštěly do konfrontací s úřady. „Když lékaři na Kubě skládají přísahu, stejně jako kdekoliv jinde přísahají, že záchrana života bude vždy na prvním místě. Nicméně, na konci se k tomu ještě přidává část, ve které slibujete, že budete sloužit revoluci,” říká a zdůrazňuje, že i když je vysokoškolské vzdělání značně zpolitizovanou záležitostí, má Kuba i tak poměrně šikovné doktory. Ovšem pouze ve srovnání s málo rozvinutými zeměmi. „Úroveň zdravotnictví se samozřejmě nedá srovnávat s vyspělými státy. Nemáme tady potřebné zázemí. Často pracujeme se zastaralým materiálem a učíme se dávno překonané metody. Když bych to měl srovnat s celým světem, řekl bych, že je to spíše průměrné,” vysvětluje. Pokud jde o režimem tolik oslavované zahraniční mise kubánských zdravotníků, tvrdí, že se jich často přímo účastní lidé nastrčení Státní bezpečností. „Jsou to důvěryhodné osoby, které mají za úkol dohlížet na to, jak se ostatní chovají a jestli nevyvíjí jakoukoliv nežádoucí aktivitu,” říká a dodává, že pro mnoho zdravotníků je zahraniční mise způsob, jak emigrovat z Kuby. Ostatní se účastní čistě z ekonomických důvodů, přestože celých 70% platu musí odvádět do státní kasy.

Ramón pracoval hned v několika holguínských nemocnicích. „Na všech místech vždycky chyběly zdravotnické pomůcky. Nebyly skalpely, nebyly tampóny, nebyly náplasti... Když už byl skalpel k dispozici, museli jsme ho opálit ohněm, aby se dezinfikoval, protože už byl použitý. To všechno se samozřejmě neblaze podepisovalo na možnostech péče o pacienty. Člověk postupně ztrácel víru...,” vypráví a přidává další nespočet šokujících historek z nemocničního prostředí. Zmiňuje například, že některým pacientům se při pohledu na podmínky na sále zvedl tlak takovým způsobem, že nebylo možné přikročit k operaci. „Nakonec vám dojde, že člověk jako takový v tomhle systému nikoho nezajímá.” K tomu všemu Ramónovi často nestačil plat ani na to, aby si koupil něco k obědu. „Pracovali jsme osm hodin v kuse bez odpočinku. Nedal jsem si ani lok limonády. Zní to neuvěřitelně, ale taková je realita.” Po roce 2010, když dokončil vysokoškolské studium, se pokoušel nějakým způsobem zlepšit prostředí, ve kterém žil se svou rodinou. Měl už dvě děti, z nichž mladšímu byly pouhé čtyři měsíce, a pokusil se tedy zajistit si nějakou pomoc ze strany úřadů. Hrozilo jim totiž, že jejich dům bude srovnán se zemí. „Nezareagovali zrovna tak, jak bych očekával… vůbec je nezajímal ani můj osud, ani osud mých dětí. Začínal jsem se probouzet.“ Znechucený pracovními podmínkami v nemocnicích a postojem státních institucí se rozhodl přidat se do řad opozičního hnutí.

„Odpůrci diktatury chodili ke mně domů, aby monitorovali situaci. Zajímalo je, jestli se nás pokusí vystěhovat. Byli ochotní nasadit své vlastní zdraví za nás, a přitom nás vůbec neznali. Nemohli vědět, jestli si svůj občanský postoj nakonec nerozmyslím. To pro mě bylo naprosto neuvěřitelné. Klidně by se nechali zmlátit. To odhodlání mě fascinovalo,“ vypráví. Už v roce 2011 byl Ramón jmenován zástupcem Strany pro nezávislou a demokratickou Kubu[4] v Holguínu. Jeho vystupování v řadách opozice se tak postupně začalo stávat veřejně známou skutečností, což s sebou přirozeně neslo sílící šikanu ze strany úřadů. „Věděli o všem, co jsme chystali. Jednou jsem cestoval do Havany a tehdy mě poprvé zadrželi,“ popisuje zvýšený zájem Státní bezpečnosti o jeho osobu.  

Konflikty se státní mocí

Když se Ramón jednoho dne rozhodl, že ve svém domě uspořádá schůzi opozičních aktivistů, kubánské úřady na to zareagovaly organizací veřejného lynče před jeho obydlím. Hned dalšího dne mu přišla také výpověď z nemocnice. „Tohle jsem nesl velmi špatně, protože své povolání jsem miloval. Bolelo mě to, ale nakonec jsem to přijal tak, jak to je, a vlastně to bylo to nejlepší, co se mohlo v dané kontextu stát, protože jsem se mohl začít naplno věnovat opozici,“ říká a dodává, že brzy poté se stal jednou z vůdčích postav Národní fronty občanského odboje, která sdružovala mnohé menší organizace pod vedením Jorge Luise Garcíi Péreze[5], známého pod přezdívkou Antúnez. Když mluvčí této zastřešující organizace emigrovala, Ramón nastoupil na její místo. Zatýkání byla čím dál tím častější. „V polovině roku 2013 začalo období, které trvalo přibližně rok, a během kterého jsem byl zadržován až šestkrát za měsíc. Pokaždé jsem ohlásil protestní hladovku. V podstatě vždycky mě zmlátili a různě ponižovali. Musel jsem se například svlékat donaha. Když jsem začal objíždět další provincie, také mě téměř pokaždé zatkli,“ popisuje a vzpomíná na to, jak policisté poté, co ho s jeho kolegy zadrželi a posadili na autobus zpátky do Holguínu, žádali řidiče, aby je vysadil někde za městem, aby jim znepříjemnil návrat domů. Útoky probíhaly dokonce za účasti jeho dětí. „Jeden z pohlavárů Státní bezpečnosti jezdil přímo k nám domů, kde mě bil. Potom mě násilím dotlačil do auta a odvezl mě. Stalo se to několikrát. Několikrát jsem byl na šití, jednou mi rozbili hlavu,“ popisuje. V důsledku toho se proti režimu obrátily i jeho děti. „Měli sice strach, ale nedalo jim to. Pro mě to byla velká věc, když se rozhodli postavit proti hordě lidí, kteří nás lynčovali před domem. Ještě více mě to hnalo vpřed,“ říká, ale zároveň připouští, že tlak na děti byl takový, že museli vyhledat pomoc psychologa.

Co se týče protivládního lidového povstání, které propuklo 11. července 2021, Ramón vyzdvihuje jeho důležitost. Vidět takové vzepětí ho dohnalo až k slzám. Když se dozvěděl, že lidé se po celé Kubě začínají bouřit, svolal demonstraci v Holguínu. Během pochodu se jeho účastníci dostávali do střetů s pořádkovými službami. „Zasáhlo mě pár kamenů a dostal jsem i několik ran,“ vypráví, jak nakonec skončil se zlomenými žebry. Později byl zatčen spolu se svým dvacetiletým synem. Když se dívá na poslední vývoj na Kubě, věří, že změna může být už blízko. „Když si vezmete, jakou sílu mělo povstání, ke kterému přispěla i opozice, a jak se to pomocí sociálních sítí rozšířilo, myslím, že z toho vyplývá, že režim ztrácí půdu pod nohama.“

 

[1] Tanatolog je člověk, který zajišťuje péči o lidi těsně před smrtí, připravuje je na odchod. Také pracuje s pozůstalými.

[2] V okolí města se nachází velká ložiska niklu, kobaltu, železa a dalších kovů. Dva tamní podniky zabývající se jejich těžbou a zpracováním tradičně patří k nejdůležitějším pilířům kubánského hospodářství a činí z Kuby jednoho z největších producentů na světě. Ve městě vyrostlo mnoho budov postavených po vzoru východní Evropy. Dnes jsou z velké části pokryty červených prachem, který zamořil široké okolí.

[3] Rozpad Sovětského svazu v roce 1991 měl na Kubě devastující dopad. Havana přišla o svého hlavního sponzora, který jí posílal až 98% ropy. Skončil také dovoz potravin, strojů a přísun investic. Prezident Fidel Castro oznámil, že Kuba vstupuje do tzv. Speciálního období a postupoval, jako by se Kuba nacházela ve válečném stavu. To všechno jen proto, aby „zachránil socialismus“. Na obyvatele to mělo neblahý dopad a drtivá většina z nich si na toto období pamatuje jako na dobu největšího nedostatku a velkého útrpení.

[4] Strana vznikla v říjnu roku 1980 za pomoci venezuelských stran Acción Democrática a Copei. Jejím cílem byl boj za svobodu a důstojný život, za demokracii, svrchovanost lidu a sociální spravedlnost.

[5] Jeden z nejznámějších odpůrců kubánského režimu, který strávil celkem 17 let ve vězení.

© Všechna práva vycházejí z práv projektu: Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation

  • Witness story in project Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation (Eva Kubátová)