Ramón Santa Cruz Pacheco Cedeño

* 1939

  • “Bueno, chica, lo que más yo me recuerdo de la matanza que hicieron esta… la revolución cubana cuando tomó la posesión allí. Que la gente se dio cuenta. Mataron una cantidad de hombres buenos y malos, no tenían diferencia. Ellos lo que querían era meterle miedo al pueblo, a la gente… que vieran que ellos mataban. Voy a decir que en una sola noche mataron más de setecientos en un lugar que se llamaba… este… ya tú sabes son tantos años… tenían un campo de fusilamiento y con un tractor abrieron una enorme zanja y allí echaban los cuerpos. Eso todavía debe estar allí. Eso fue en la parte que se llama en Santiago de Cuba „Vista Alegre” y es verdad que sembraron un terror. Un terror, pero a punto… porque cómo ellos eran menos, tenían que basarse en el terror para poder dominar… Y lo lograron.”

  • “Hace ya varios años que yo no voy a Cuba. Yo iba a ayudar a mi familia y le llevaba dinero y le llevaba paquetes y eso. Y me queda ahora una tía que tiene ya como cien años… noventa y pico, cien… que a esa sí yo le mando su dinerito pa’ que coma. Yo le mando setenta dólares todos los… yo le mando cien, y entonces la muchacha que lo recibe que es una prima mía, ella coge algo para ella y de los treinta esos que sobran al que más… yo se lo he dicho así… al que más le haga falta de la familia se lo diera, pero no con obligación de nadie porque toda esta familia por parte de mi madre… casi todos son informantes del gobierno. Y me he dado cuenta… me di cuenta.”

  • “Yo te digo que en realidad se vivía [durante el gobierno de Batista]con cierta libertad… y pobreza… pero se vivía mucho mejor que ahora. Pero mucho mejor que ahora. Porque ahora yo he ido a Cuba y he visto… ya lo cerré con no ir más a Cuba porque he visto que en Cuba uno va y está siendo vigilado en cada momento, en un cuarto que te cojas, en un hotel o en una casa particular, dónde tú lo cojas hay una cámara mirándote hasta en el baño. Eso me di cuenta yo en seguida. Y también me di cuenta que no se puede vivir así que todo el que tú le das la mano, todos los amigos viejos, jóvenes, cualquiera son informantes del gobierno.”

  • “Y entonces en La Maya que es un poquito más allá de… entre Guantánamo y Santiago de Cuba, puse con ayuda de mi padre… él me daba dinero pa’ todo lo que yo… puse una fábrica para hacer mosaico. Una fábrica de hacer mosaico; no grande, chiquita, pero era una fábrica. Y allí tenía como tres o cuatro empleados… dos… tres, como cuatro empleados, mucho mayores que yo, pero yo era que mandaba. Un tiempo después, como un par de años ya empezaron a intervenir en todos los negocios en Cuba. Fuera cual fuera. Y a mí me quitaron la fabriquita aquella.”

  • Full recordings
  • 1

    Cuba, 01.01.2018

    (audio)
    duration: 01:30:46
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Una vez Raúl Castro me invitó a cenar en su casa. Yo no fui

Santa Cruz Pacheco Cedeño Ramón
Santa Cruz Pacheco Cedeño Ramón
photo: archivo de Post Bellum

Ramón Santa Cruz Pacheco Cedeño nació en la entonces provincia de Oriente en un pequeño pueblecito llamado El Socorro. Su padre era un hombre rico, propietario de una finca de café y su madre era afrodescendiente. Ramón fue criado en la ciudad de Santiago de Cuba con los familiares de su madre, de los cuales, pocos sabían leer y escribir. Podía ir a la escuela privada gracias al dinero que le mandaba su padre y en el sexto grado empezó a estudiar en una escuela estatal. Después de haber terminado los estudios de cerámica, con la ayuda de su padre puso una fábrica para hacer mosaico, la cual luego le quitó el gobierno. Trabajó como administrador de una fábrica estatal, en el aeropuerto José Martí de La Habana y se dedicaba clandestinamente a la joyería. Su mujer es enfermera y tienen dos hijos. Gracias a que su mujer tenía también la nacionalidad española, toda la familia pudo salir de Cuba. Con ayuda de un oficial de gobierno quién les ayudó porque Ramón le dejó la casa que habitaban en La Habana. Hace treinta años que reside en los Estados Unidos. Mantiene contacto con una tía vieja y una prima, a quienes les va mandando dinero a Cuba. El resto de la familia son informantes del gobierno y por lo tanto no hay ningún contacto.