Nelson Rodríguez Diéguez

* 1937

  • “Hubo una... y eso me lo contaron, yo no lo vi tampoco. Hubo una muchacha que con ocho meses de embarazo había caído presa, eran recién casados, y él también. Y hay una requisa... y una señora que en este momento tiene 102 años y que hoy va siempre, o iba siempre, a las reuniones que yo el cada primer domingo del mes hago para las presas en la Junta Patriótica. Esa señora estaba con ella. Llaman a una requisa, pero esta muchacha tenía como ocho meses de embarazo y estaba muy débil, le daba mareo y se cae. Y el guardia le dice: Párate. Y como no se paró le cayó a patadas y usted sabe que la mató allí mismo. Porque la muchacha... dice la nenita que está viva todavía, allí me lo contó... que era un baño de sangre lo que salía de aquella mujer.. y dice que ya ella desmayada o muerta ya... sin conocimiento... temblaba la barriga y todo de ella. Y el esposo de ella, que no sé cómo se llamaba, porque el nombre nunca me lo pudo... la nenita, decir, cuando se enteró en la Isla de Pinos se tiró del sexto piso... creo que fue...y se mató”.

  • “En este lugar (Isla de Pinos) los golpes me daban a diario. Heridas... me hirieron en tres ocasiones. Yo tengo una bayoneta clavada en el muslo que tengo allí el hueco. Tengo una clavada en la nalga que tengo también la marca y un machetazo que me dio un cabo llamado José Garcia Rojas, que mató a otro compañero mío llamado Francisco Pico... nosotros le decíamos Paco Pico, que le dio un tiro en el pecho y le mató. A ese... mataron a Julio, muchacho de 23 años, estudiante de medicina también. Le voy a decir la forma horrible en que lo mataron. Lo tiraron al suelo, él y otro cabo llamado Carmenate, que era de la región de Puerto Padre... el cabo ese... murió, van a ser dos años ahora. El otro, asesino ese que yo... que me hirió a mí, que mató a Paco Pico y ese, está viviendo en este momento en Las Villas en Camajuani... nosotros, como éramos tantos sabíamos más o menos de donde era cada uno. Fuimos sobre 200.000 presos. Entonces a este pobre lo tiraron al suelo, abrieron las piernas, metieron una bayoneta. Aquello debe haber sido horrible... horrible... porque convulsionan como así”.

  • “Puedo decirles una cosa. El que llevan a fusilar... porque lo viví... el que llevan a matarle... yo lo sentía... es algo así que usted como se ausenta y no siente nada. Creo que no siente nada... me pasaba a mí. Quizás a otros no, pero yo se lo aseguro. Porque después cuando me tenían en los fosos en La Cabaña, donde me tuvieron 23 meses sin hacerme el juicio, que era donde fusilaban a aquellos muchachos tan bravos, yo no conocía a muchos, pero de los que algunos eran tan valientes que gritaban: “Viva Cristo Rey! Abajo el comunismo”! Un valor tan grande... y los ametrallaban. Bueno.. horrible. Yo le digo a usted, que lo que nos tocó a vivir a nosotros fue tan espantoso que hasta recordarlo es doloroso”.

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    Miami, 19.04.2018

    (audio)
    duration: 01:16:34
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“Un día la historia lo recogerá todo”.

Nelson Rodrígez Diéguez, 2018
Nelson Rodrígez Diéguez, 2018
photo: Post Bellum

Nelson Rodríguez Diéguez nació el 13 de abril en Velazco, un pueblo situado a unos 26 kilómetros de la ciudad de Holguín. Recuerda este lugar como muy tranquilo, donde las personas se trataban bien y tenían mucho respecto por la libertad y la democracia. Su padre trabajaba en una central y su madre era costurera. En 1956 se trasladó a La Habana, y después de la victoria de la Revolución de Fidel Castro empezó a formar parte del movimiento llamado 30 de Noviembre, que luchaba por reestablecer la democracia en la isla. Se dedicaba a planificación y finanzas de la organización. Sin embargo, en 1961 fue detenido, lo que fue resultado de la infiltración de una agente en la organización. Después de haber sido detenido dos días en La Habana, le transportaron a un lugar sobre cual se conoce poco, algunos lo llaman de Las Cabañitas, otros Punto X. Estaba en las afueras de La Habana y servía como lugar de detención durante los interrogatorios. Allí fue víctima de mucha tortura, maltrato y humillaciones. Posteriormente fue llevado a la prisión de La Cabaña, donde pasó unos 23 meses esperando su juicio. Durante ese tiempo fue testigo de un sinnúmero de fusilamientos. Después del juicio estuvo encarcelado desde 1964 hasta 1967 en la prisión de la Isla de Pinos. Sufrió varios ataques por parte de los guardias y junto con casi todos en esta prisión sufrió trabajos forzados. Hasta 1970, cuando le excarcelaron, pasó por otras prisiones en Pinar del Río y Camagüey. Permaneció en Cuba hasta 1978, cuando se exilió a Venezuela, donde trabajó y vivió hasta la victoria de Hugo Chávez. Atacado después de una entrevista televisiva sobre política, se trasladó a Miami, donde reside hasta hoy en día. Apoya las bibliotecas independientes cubanas y acumula testimonios de personas perseguidas por el régimen cubano.