Ángel Moya Acosta

* 1964

  • “Cuando empezó el régimen cubano [su presencia en Angola], por supuesto sin contacto con el pueblo cubano. El pueblo cubano supo de la participación de las tropas cubanas en el conflicto de Angola muchos años después. El conflicto empieza en el 1975, pero ya desde antes había fuerzas cubanas, adiestrando a la futura fuerza armada angolana, y aproximadamente alrededor del año 1978, 1979, 1980, es que se conoce. Es que el régimen cubano encabezado por Fidel Castro, da conocer públicamente la presencia de tropas cubanas allí, vinculadas directamente al conflicto de República Popular de Angola. Ahora bien, este proceso de reclutamiento para llevar tropas hacia Angola, que de hecho pasaron por esta aventura del régimen cubano cerca de 500,000 soldados, permanentemente había 50,000 y un poco más de soldados cubanos, equipados y armados por todos los recursos militares que se necesitan para llevar a cabo una aventura como esta durante 13 años. Y este proceso de reclutamiento se hacía de muchas formas. Primeramente, a partir de las mismas unidades militares, era una forma de reclutar o llevar las tropas a Angola – levantaban las unidades militares y les daban como misión dirigirse hacia la República Popular de Angola. Y lo hacían de una forma sencilla. Levantaban a la unidad, en un puerto embarcaban la técnica de combate, y el resto de la tropa o bien se movilizaba en barcos o en aviones, generalmente en aviones de la línea soviética Aeroflot. Otra forma de reclutamiento era a través de las reservas, donde te entrevistaban. Si tú estabas de acuerdo, no había problema, pero si no estabas de acuerdo, te humillaban, eso hay que decirlo – te humillaban… Inclusive, a través de los centros de trabajo y de tu propio lugar de nacimiento, donde te criaste, en el barrio, en la cuadra, el partido comunista organizaba reuniones para conocer la negativa de esa persona a cumplir una misión internacionalista. Y otra de las formas que había, era a través del propio reclutamiento de los muchachos, que iban al servicio militar, y les daban comisión por dirigirse hacia la República Popular de Angola a cumplir esta misión. Muchos de los casos no sabían a qué se iban a enfrentar. Muchos de los que fueron reclutados, y la gran mayoría fue reclutada y fue a la República Popular de Angola presionada por el propio régimen, otros fueron como aventureros, otros fueron a cubrir sus necesidades. Allí sí entra la inmensa mayoría que fue a cumplir sus necesidades, materiales sobre todo, que el régimen cubano no resolvía, que el socialismo en Cuba no resolvía, como ropa, zapatos, equipo electrodoméstico etc.”

  • “Entonces, por ejemplo, aquel régimen que nos impusieron a nosotros, sin justificación ninguna… Fidel Castro de forma taimada, de forma cínica, además de imponernos esas altas sanciones de privación de libertad, no conforme con eso, nos mandó a cumplir sanción en lugares lejos de nuestras regiones de nacimiento. O sea, a la gente de Occidente, nos enviaron para el Oriente. A la gente del Oriente, los enviaron al Occidente. Y a la gente del centro, los enviaron a ambas partes. Para también castigar a las familias. Para también desmoralizar a las familias. Para también quebrar la resistencia de las familias. Con esto, que hizo y diseñó Fidel Castro… Pero no lo logró. En realidad, no logró quebrar a la familia de ninguno de nosotros. En general, las familias se mantuvieron muy cercanas a nosotros, resistiendo con nosotros. Nacen las Damas de Blanco, luchando por la liberación de nosotros, cada domingo, y días entre semana también, hasta que lo consiguieron. El régimen sabe que sí lo consiguieron. Aunque otras personas, quizás, no les den ese mérito a las Damas de Blanco, el régimen cubano sí está claro y está consciente, que por primera vez, y por presión interna, se libera a un grupo importante de presos políticos.”

  • “El escuchar la Radio Martí… Que empezó primero por mi deseo de oír música y terminó después oyendo noticias. O sea, pegado a la radio como toda la mayoría de los cubanos, escuchando las noticias… De los balseros que se iban, de cómo hermanos al rescate, rescataban, o avistaban… No rescataban, [sino] avistaban a balseros cubanos a la deriva, y avisaban la guardia costera norteamericana. Estas cosas fueron las que empezaron a lacerar la mente mía. Y empecé a tomar conciencia de la situación en Cuba, del tipo de régimen que estábamos viviendo, que no era un régimen para nada diseñado para salvaguardar, proteger y mejorar la vida de los cubanos, sino que era un régimen que estaba diseñado para, aplicando todo tipo de política y métodos represivos y no represivos, mantener el sistema este, a toda costa. Mantenerse Fidel Castro en el poder, todo el tiempo que la vida le permitiera en aquel momento. Yo soy de los que entraron en la oposición por conciencia. A mí nadie me dijo: ‘Ven para acá, a la oposición, vamos a hacer oposición.’ Yo entro en la oposición contra el régimen cubano por conciencia.”

  • “Ninguno de nosotros aceptó ese tipo de propuesta de Raúl Castro. Y no nos pusimos de acuerdo. Y le demostramos al mundo entero que éramos inocentes. Porque preferíamos seguir presos ante esa propuesta deshonrosa que hacía públicamente Raúl Castro. Creo que eso, además de la resistencia de mis familiares, del apoyo sin condiciones de los exiliados cubanos, fue uno de los momentos que más me impactó y uno de los momentos, vaya… que más alegre me sentí, cuando supe. Teníamos contacto con la familia por teléfono y en las visitas. Que nadie había aceptado la propuesta deshonrosa de Raúl Castro… Cuando supe que nadie había aceptado, eso para mí fue tremendo. Tre-men-do. Y lo otro, por supuesto, la resistencia y la valentía de esta mujer, de las Damas de Blanco, que creyeron en ella, creyeron en su posibilidad. La mayoría de las Damas de Blanco no habían tenido ni vínculo, ni conocían nada cerca de la política. Sin embargo, el amor a la familia, y el deseo de ver a sus familiares en libertad, las llevó a resistir contra el régimen.”

  • “Caray… En medio de todo esto, mis hijos fueron creciendo. Cuatro veces fui a prisión por razones políticas, la última fue en 2003. Y mis hijos, por supuesto, que fueron creciendo en medio de esta situación del activismo mío a favor de los derechos humanos, de denuncia al régimen cubano. Porque muchas de las denuncias las elaboraba ahí en mi casa, en la casa de Berta, aquí en La Habana. De ahí me trasladaba por ejemplo a casa de otro activista de derechos humanos aquí en La Habana y daba las noticias. Pero bueno, oían las conversaciones los hijos míos. De chiquitín comenzaron a ir a las prisiones, nosotros, Berta y yo, sutilmente, los engañábamos en el sentido para no hacerles ningún daño psicológico. ‘Tu papá está en una escuela y no puede verlos por ahora…’, por ejemplo. Hasta que fueron creciendo. Crecieron envueltos en todo esto aquí, se desarrollaron. Hasta que finalmente Berta y yo tomamos la decisión de mandarlos exiliados a los Estados Unidos. Porque si bien no eran opositores, pero sí eran hijos de opositores activos contra el régimen cubano. Y como pareja, de como tenemos el derecho de protegerlos. Es un derecho de los padres, proteger a los hijos, y nadie puede quitarnos ese derecho, los mandamos a los Estados Unidos. Pero nos quedamos luchando. Nos quedamos, Berta y yo, en Cuba, luchando… Hasta el sol de hoy.”

  • “El régimen, y con tremenda responsabilidad lo digo… El régimen permanentemente trata de llevar a los activistas de los derechos humanos a la prisión con el objetivo de desalentarlos, con el objetivo de humillarlos, con el objetivo de romper la familia, o sea las relaciones familiares, con esos objetivos… Con el objetivo incluso de asesinarlos a mano de otros presos, sea por indicaciones de ellos, de amedrentarlos, de dejen la lucha, de que abandonen el país. O sea, que dejen el activismo. Es el objetivo fundamental por el cual el régimen cubano lleva a los activistas de derechos humanos a prisión. Y son activistas de derechos humanos que por su valentía, por supuesto, no han aceptado, lo que no quiere decir el que no vaya a prisión, no lo tenga [la valentía]. No han aceptado ninguna proposición y propósito del régimen. No la han aceptado, no la han claudicado. Y como el último remedio, o como última alternativa, el régimen cubano se ve en la obligación de llevar a estos activistas de derechos humanos a prisión.”

  • “Yo soy de los que digo que la libertad de Cuba no es patrimonio de nadie. Yo soy de los que digo, repito: que la libertad de Cuba no es patrimonio de nadie. Que todo cubano que quiera quitarse a la dictadura de encima, o el sistema comunista de encima, o al totalitarismo de encima, tiene el derecho de escoger el método de lucha que estime conveniente. Partiendo de este principio. Cada cubano que quiera quitarse la dictadura de arriba, tiene el derecho de emplear y escoger la forma o el método de lucha que estime conveniente. Allí está en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.”

  • Full recordings
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    La Habana, Cuba, 08.05.2018

    (audio)
    duration: 02:21:49
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La libertad de Cuba no es patrimonio de nadie

Moya durante su misión en Angola, 1989
Moya durante su misión en Angola, 1989
photo: archivo del testigo

Ángel Moya Acosta nació el 20 de septiembre de 1964 en Cuba en una familia comunista que luchaba contra el régimen de Batista. A finales de los años 80 luchó en Angola. Hasta hoy en día cumplió varias prisiones políticas iniciando la primera en 1999 y la última de 7 años desde 2003. En 1996, Moya fundó el Movimiento Opción Alternativa, y en 2001 se convirtió en presidente del Movimiento por la Democracia y la Libertad de Cuba. Está casado, su esposa Berta Soler es líder del movimiento ciudadano cubano las Damas de Blanco, que reúne a familiares de presos cubanos políticos. Moya y Soler mandaron a sus dos hijos exiliados a los Estados Unidos de América, mientras que ellos mismos permanecen en Cuba y siguen luchando contra el régimen castrista.