Carlos De la Cruz

* 1941

  • “Cuando uno se opone a las fuerzas económicas de la zona, paga un precio. Yo creo que si Cuba sigue intentando tener un camino (porque la doctrina de Westfalia es muy bonita, de la soberanía de los países), este tiene que ser realista. No es lo mismo un país con 11 millones de habitantes que un país de 350 millones de habitantes; no es lo mismo un país que no tiene entradas económicas que un país que tiene no me acuerdo cuántas decenas de miles de dólares de Producto Interno Bruto per cápita que es Estados Unidos. Si puedes comerciar con Estados Unidos vives mejor y si quieres renunciar a eso vives peor. Igual, si tú eres parte de una familia rica y te empeñas en vivir en contra de la familia, pues vivirás peor hasta que descubras una manera de hacer dinero propio. Eso demora y exige una organización que no existe en Cuba, ni creo que vaya a existir ¿El proceso político de dónde va a salir? Tiene que salir de la nada porque por lo que yo veo que es muy difícil que de repente surja un proceso político antiamericano a 90 millas de Estados Unidos que tenga éxito económico. Es mucho más difícil. Es como amarrarse una pierna y pretender que vas a ganarle a un corredor que tiene dos piernas”.

  • "Casi todos los dictadores logran dar, en el mismo discurso, puntos de vista completamente divergentes y hasta incompatibles. En el mismo discurso lo hacen con mucha habilidad. Cuando acabas de oírlo no sabes muy bien qué fue lo que oíste. Oíste lo que tu quisiste oír u oíste aquello si estás predispuesto en contra, oíste lo que no querías oír porque te parece mal. Esa es una habilidad típica del dictador".

  • “Cuando yo vi lo que había pasado con Mariel, que fueron unas circunstancias bochornosas para Estados Unidos, para los cubanos en Miami, para los marielitos que cogieron al principio una mala fama horrible no merecida, y el que se aprovechó de todo ello fue el régimen de Cuba, yo me propuse tratar de evitarlo. Entonces, hablé con el senador Graham —yo era chairman en United Way— y había un presidente de United Way, hablé con él y le dije que por qué no tratábamos de que United Way se convirtiera en el campeón de los que estaban allí. Hablé con las estaciones de radio cubanas y americanas. En ese momento, yo tenía las agencias de carros y además tenía a la Budweiser y esta era probablemente la mayor anunciante de la radio cubana en Miami. Hablé con las diferentes estaciones pidiéndoles que no hablaran de los que estaban en Guantánamo porque pensé que si hablaban se politizaba la situación y yo soy una persona que prefiero no salir. En el periódico yo creo que se es más efectivo actuando debajo de bastidores que formando mucho aguaje. Y no te digo que lo logré, sino que se logró. En otras palabras, fue todo un esfuerzo comunitario. El periódico el Miami Herald que en ese momento estaba bajo la dirección de David Laurens y Dave era el chairman de United Way que, venía detrás de mí, es muy amigo y él cooperó. Se habló muy poco de estos individuos y se les permitió entrar aquí, a Estados Unidos, de una forma muy normal. No se les trató ni como una victoria ni como una derrota, sino tranquilamente como un caso de gente que quería venir para acá y se les buscó una manera de que pudieran hacerlo. Se les ayudó a buscar trabajo, a sacar licencia de conducir…”.

  • Full recordings
  • 1

    Miami, USA, 09.04.2019

    (audio)
    duration: 01:31:27
  • 2

    Miami, USA, 09.04.2019

    (audio)
    duration: 01:31:27
Full recordings are available only for logged users.

A mí los excesos de la política no me gustan

Carlos de la Cruz
Carlos de la Cruz
photo: Post Bellum

Carlos de la Cruz nació en 1941 en La Habana. Su familia pertenecía a la élite cubana y disponía de varios campos azucareros y otros negocios. Cuando contaba con nueve años sus padres lo mandaron a estudiar a Nueva York, por lo que Carlos regresaba a Cuba sólo en la época de vacaciones y Navidad. Después del triunfo de la Revolución cubana se quedó en Estados Unidos y estudió Economía en la Universidad de Pensilvania. Empezó a trabajar en el sector financiero, primero como analista en Nueva York y posteriormente en España, donde vivió algún tiempo, trabajando en fondos de inversión. De vuelta en Estados Unidos, hizo un doctorado de Derecho en la Universidad de Miami y trabajó como director de varios bancos importantes. Adquirió grandes empresas, entre ellas Coca Cola Puerto Rico. Durante el gobierno de Bill Clinton formó parte de una delegación gubernamental estadounidense, dirigida por el senador Graham, que viajó a la base de Guantánamo para solucionar el problema de los balseros refugiados en esta. Se dedicó también a las actividades educativas para apoyar a los inmigrantes cubanos. En 2001 tomó la iniciativa en el caso del niño cubano Elián González, quien fue encontrado en el mar por un barco estadounidense después de un intento fracasado de llegar en balsa a Estados Unidos. Además, junto a su mujer, Rosa Rionda de la Cruz, fundó un museo de arte privado en Miami. Es miembro del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.