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Enrique Encinosa (* 1949)

Yo he peleado con las armas en la mano, con la computadora en la mano y antes de la computadora con la pluma en la mano

  • nació el 27 de abril de 1949 en La Habana.

  • en el año 1961, cuando tenía doce años, emigró con sus padres a Miami.

  • fundador y miembro de varias organizaciones contra el régimen de Fidel Castro (Alpha 66, Abdala, Frente de Liberación Nacional Cubano, etc.).

  • entre los años 1976 y 1978 trabajó como doble agente de la CIA y del gobierno de Fidel Castro.

  • fundador del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y escribió más de una docena de libros.

  • entrevistó a doscientos expresos políticos y exiliados de Cuba.

  • sus libros más reconocidos y vendidos son «Escambray: la guerra olvidada» y «Hunting Che Guevara».

  • boxeador reconocido, promotor y entrenador de boxeo.

  • tiene dos hijos y vive en Miami.

Enrique Encinosa proviene de una familia con una larga historia de lucha contra los gobiernos cubanos. En los años treinta su padre participó en la lucha contra el presidente reelecto Gerardo Machado[1], defendiendo elecciones democráticas en Cuba. Enrique describe su infancia como feliz y divertida —montaba bicicleta, iba a la playa con sus amigos, buceaba en la mar—, pero esta felicidad fue interrumpida por la Guerra Civil contra el Gobierno del general Batista[2]. “Cuando yo tenía ocho o nueve años, enfrente de mi casa mataron a un rebelde en un tiroteo. Cuando fui en la mañana a la escuela, salí de la casa y vi unos charcos de sangre y unas balas incrustadas en la pared de la casa”, así recuerda Enrique su primera impresión de la Guerra Civil. En enero de 1959 triunfó la Revolución cubana, lo que Enrique identificó como un cambio significativo. “La violencia y los fusilamientos públicos empezaron a ser parte de la vida cotidiana (...) A mí, a pesar de tener diez años, me impactaba, yo sabía que había algo que no estaba correcto”, comenta Enrique.

“Cuba era un tablero de la Guerra Fría”

“Durante las turbulencias políticas en el país mucha gente pensaba que la Revolución se estaba comunizando, que no era una Revolución democrática como se había pensado y así comenzaron los grupos anticastristas” y fue así como la mayoría sentía que la Revolución se había vendido a la Unión Soviética. En ese entonces, la familia de Enrique entró al clandestinaje y a la resistencia armada, la cual era apoyada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La razón por la que llegaron a Cuba miles de armas, técnicos e ingenieros militares soviéticos fue porque “Cuba era un tablero de la Guerra Fría. Ya no era cubano contra cubano, pero era cuestión de la Unión Soviética contra los Estados Unidos”. Durante los principios de los años sesenta ya había guerrilla contra los castristas, poniendo bombas, haciendo atentados, sacando gente de la cárcel y alzándose en armas. En la casa de la familia Encinosa había armas, explosivos y folletos de la oposición. “Mi padre me dijo ‘tú sabes que aquí hay armas, tú sabes que aquí hay explosivos, tú sabes que si a mí me agarran en esto me van a fusilar, te tienes que estar callado, ni a tu abuela (le digas)’”. En noviembre de 1961, Enrique salió con sus padres de la isla hacia Miami. A pesar de marcharse al extranjero, Enrique sabía que su país era Cuba: “A los trece años yo ya sabía que mi causa estaba vinculada a Cuba hasta la muerte”.

Abdala

En 1971 se unió a la organización Alpha 66[3] en la que recaudaba fondos, vendía boletos de rifa y repartía propaganda. Sin embargo, Enrique quería pelear y ello lo llevó a entrar al grupo que llevaba el nombre del primer poema de José Martí [5]: Abdala[4]. En marzo de 1971, dieciséis miembros de la organización entraron al edificio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York y se encadenaron a las sillas con esposas mientras que otros treinta miembros bloqueaban el edificio por fuera, entre ellos Enrique. “Tomamos el edificio de la ONU simbólicamente, como un acto de protesta, porque los presos políticos de Cuba estaban aparte, olvidados por años”. Este acto atrajo mucho interés hacia la organización y se transformó en un movimiento más grande en el exilio, puesto que llegó a tener a más de ochocientos miembros activos. En el año 1972 Frank Castro y Enrique crearon el primer movimiento totalmente secreto llamado Frente de Liberación Nacional Cubano, que se dedicó a la ejecución de acciones militares. En veinte meses se organizaron 36 operaciones en todo el mundo, incluyendo la destrucción de un barco, de una lancha castrista, tiroteo a postas militares y ataques dinamiteros a las embajadas cubanas en Jamaica, Londres y México. “Pero la agrupación Abdala rompe con el FLNC porque pensábamos que no estábamos recibiendo los resultados, no se sentía reacción dentro de Cuba, dejamos eso”. Cuando Enrique estuvo encargado de la sección de Cuba dentro de Abdala, desarrolló un sistema de códigos para la comunicación entre los anticastristas en Cuba y los que estaban fuera de la isla.

La labor de doble agente

Enrique se acuerda claramente del día cuando lo llamó Frank Brian del FBI y le dijo: “Mira, tu primo es uno de los diez miembros más importantes del Comité Central en Cuba, tú eres el tipo perfecto para infiltrarte y convertirte en doble agente”. Enrique aceptó la oferta y así empezó a acercarse al mundo de los Castro. Trabajó como doble agente desde 1976 hasta 1978, pero no desea revelar muchos detalles de este periodo de su vida: “hay cosas de las que no puedo hablar, firmé muchos papeles con el FBI y la CIA”. Los espías castristas estaban felices de tener a Enrique, pues pensaron que podían ganarse a su primo para el espionaje. Sus funciones de doble espía terminaron cuando los Castro quisieron tenderle una trampa y mandarlo a un entrenamiento en Cuba. Sin embargo, sus compañeros de la CIA se lo advirtieron. “Me dijeron: ‘no vayas, tenemos un problema de infiltrados en México, hay algún oficial castrista’”. Aparte de su lucha como doble agente, Enrique era activo en el área militar y participó en diferentes misiones en Nicaragua y Surinam. Enrique es partidario de que se necesita militancia para derrocar un régimen totalitario y ello explica el que se haya dedicado al militantismo durante más de quince años. Además, junto a su amigo José Basurto, quien era piloto, fundó la organización Hermanos al Rescate. “Se salvaron más de 3000 vidas de los balseros cubanos. Una de las cosas más maravillosas que he hecho en el exilio es salvar tantas vidas”.

Luchando con pluma en mano

A principios de los años ochenta empezó a hacer apuntes para escribir libros. “Siempre me ha fascinado la historia de la guerrilla de Escambray”, comenta Enrique sobre su otra pasión, la cual se convirtió para él en otra manera importante de luchar contra el régimen. Llegó a hacer más de doscientas entrevistas a los expresos cubanos. Su libro Escambray: la guerra olvidada fue el libro más vendido durante seis meses consecutivos en Miami en el año 1981. A mediados de los años ochenta lo contactó la radio Martí —la emisora más importante para los cubanos en exilio— para hacer un programa sobre los lanzamientos en Cuba. En esta radio trabajó como periodista doce años. También creó su propio programa: Testimonio de Cuba sin censura. Hoy en día, tiene un programa dedicado a la política en la radio La Poderosa. Aparte de dedicarse al periodismo y a la escritura, Enrique fundó el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, “lo cual ha sido muy importante para enfrentar al régimen castrista en el nivel intelectual”, añade Enrique. Cabe mencionar que a Enrique le apasiona también el boxeo y es, de hecho, un boxeador internacionalmente reconocido. “Si tú te rindes, se acabó. Si tú no te rindes, todavía tienes un chance. El boxeo me enseñó esto, este sentido de que no me puedo rendir”.

Prometer lo que no se cumple

Según Enrique Encinosa, lo atractivo del régimen es que “el comunismo promete y siempre hay personas que no tienen o que están amargadas o frustradas y el comunismo es una promesa, pero el comunismo no tiene lógica. Es explotación del hombre por el hombre”. Según Enrique, la resistencia a un sistema totalitario se tiene que hacer bajo las circunstancias existentes y con lo que se tenga, porque siempre hay limitaciones económicas o sociales. Para él, el mejor ejemplo de esto lo representa la guerrilla de Escambray[6]: “Lo mejor que se podía hacer en aquel momento se hizo”.

 

[1] Gerardo Machado era un general cubano y fue presidente de Cuba. Su reelección en el año 1929 causó protestas y turbulencias en la escena política de la isla. Más información: http://otrolunes.com/36/este-lunes/dinamicas-del-cambio-politico-en-cuba/

[2] Fulgencio Batista fue un militar y gobernante cubano, presidente de Cuba entre los años 1952-1959. Fue durante su gestión cuando triunfó la Revolución cubana, siendo derrotado por las guerrillas de Fidel Castro. Más información: http://historyofcuba.com/history/funfacts/batist.htm

[3] Alpha 66 surgió originalmente en Puerto Rico en 1962 y un año más tarde ya operaba en Miami. La organización se dedicó a actividades militares dentro de Cuba dirigidas desde Estados Unidos. Más información: https://web.archive.org/web/20070629144552/http://www.alpha66.org/

[4] Abdala es una organización dedicada a las actividades contra el régimen en Cuba. Fue establecida en Nueva York en el año 1968. Más información: http://www.freethefive.org/legalFront/FOIA/Enrique_Encinosa/AbdalaEN.pdf

[5] José Julián Martí Pérez fue un escritor y político cubano. Es conocido como el padre de la independencia cubana. Más información: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marti.htm

[6] La Sierra de Escambray es una zona de montañas en Cuba donde se estableció uno de los movimientos anticastristas más importantes. Más información: https://trazasdelahistoria.blogspot.com/2015/04/cuba-el-genocidio-de-la-guerrilla.html

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